lunes, 3 de junio de 2013

Entrada para el Guggenheim

Al ponerme a trabajar en la propuesta sin haberlo meditado antes con un proceso previo de tanteo y el día antes justo de la corrección, como es de esperar, me bloquee.

Lo único que sabía era que quería recrear esas sensaciones y espacios que había idealizado a partir de mis recuerdos del Guggenheim como ya traté de dibujar en “los recuerdos del Guggenheim” y como había intentado también materializar en una primera maqueta de madera. Estos espacios principalmente tratan el tema de la luz ya que son paredes altas y estrechas totalmente blancas, lisas y con formas serpenteantes que dejan escurrir la luz en menor o mayor medida haciéndote sentir más o menos encerrado.

















Esto lo abarqué en la rampa de entrada. Pronto me di cuenta de que ese espacio se quedaba muy pequeño pero a la hora de ampliar el trabajo hacia la plaza, no sabía de qué manera atajar el problema. Simplemente hice la maqueta sin saberlo (fallo mío).



















Pero haciendo esta maqueta y completamente por casualidad cambié mi propuesta.

Al tener que representar el Guggenheim de alguna forma para saber cómo repercuten sus curvas en el resto del espacio, lo hice con un material bastante moldeable y fácil de tratar que creó unos efectos mucho más satisfactorios que los que yo conseguí con mi mal lograda y repentina propuesta. Entonces decidí recrear esas curvas en mi proyecto que además concordaban perfectamente con la idea principal de los espacios y sensaciones que quería crear.




Con energías renovadas desde la última clase del curso, que me animaron a retomar el proyecto, lo ataqué desde esta perspectiva mucho más viable y desarrollable y barajé muchas opciones más sobre la marcha. Me extendí por el parque que hay más allá de la explanada principal y conjugué las paredes curvas y serpenteantes con los dibujos de jardines y colores del suelo. Con esto pensé en hacer un juego de paramentos verticales ondulados que te hiciesen perder la vista y la orientación ya que ascenderían a una altura mucho mayor que la humana; sin embargo no había apenas dificultad de traspasar entre unos y otros. Asique después de un consejo de mis compañeros (“¡Radicaliza tu propuesta, Blanca!”) pensé en crear un laberinto con toda su definición donde literalmente los transeúntes se perdieran. 































A la vez que esta idea de laberinto se me venía a la cabeza otra vez el concepto principal del tratado de la luz que había ido perdiendo y pensaba propuestas paralelas como la de una doble altura en el parque. Tratada como la maqueta principal de la que nació todo este hilo conductor, la doble altura perforada por esas paredes blancas podían alcanzar un nivel deseable que imaginaba muy apetecible.



Estas paredes onduladas que perforan la doble altura del parque (y dejan un espacio totalmente fluido en la planta baja)crean un tubo de luz que las traspasa desparramandose al llegar al suelo y creando un efecto de luz y penumbra que no podemos observar por numerosos fallos técnicos con los motores de renderizado de los cuales solo he podido rescatar esta imagen mientras veía la pantalla en negro. En la planta superior sin embargo se recupera ligeramente ese espíritu de laberinto.



Después de todo esto pensé.. mi propuesta solo casa con el Guggenheim de mi maqueta, no con el de la realidad! asique decidí poner mi maqueta sobre el Guggenheim y hacerle así una fachada de cara al parque diferente a la opuesta de cara al puente.

estos son unos primeros pensamientos de esas últimas sensaciones que quería crear en las dobles alturas del parque.

 





lunes, 20 de mayo de 2013

17 de MAYO

Emprendimos un proyecto con el fin de idear una entrada para el Guggenheim mejor de la que tiene ahora (nada en una explanada llana, lisa e inerte).
Como fruto de mi inexperiencia y mi poco conocimiento de la obra de Frank Gery, mi primera propuesta pronto la descarte yo misma.
Se trataba de trabajar en la rampa/escalera que da acceso al museo. En primer lugar, con todo el espacio de ataque del que disponemos, actuar solo en ese espacio reducido seria absurdo y no resolvería nada. Y en segundo lugar, pronto me di cuenta de que no casaba con el museo ni con el ambiente.
Ya en clase, entendí que los edificios (sobre todo este, con el carácter especial que todos podemos apreciar) reverberan, que sus paredes no acaban donde no las vemos sino que repercuten y dialogan con el espacio que tienen en su proximidad. Por eso no podemos proponer algo como objetos que caen del cielo sino que debemos entender de qué manera repercute el edificio existente y condicionar el nuestro a ese diálogo.


En primer lugar, para entender mejor el espacio tenemos que hacer nuestro propio mapa del lugar. Mi mapa, en el que seguramente nadie encuentre ninguna referencia al Gugguenheim, alargo las lineas para entender de que forma repercuten las lineas del plano, limites físicos como muros, objetos, carreteras, el río...
Después, en color morado, he querido remarcar las comunicaciones, los sitios por donde se mueve la gente, los recorridos que haría. Esto dejaba huecos entre el espacio construido y las comunicaciones donde se podía trabajar de una manera especial.
 Estas so mis dos propuestas, que adaptando la primera que descarté rápido, intenta crear espacios cerrados donde resguardarse.
Túneles, pasadizos y zonas abiertas pero cubiertas donde poder estar tranquilamente ajeno a la asidua lluvia de la zona.






Si la primera propuesta intentaba crear un espacio de ese tipo pero con formas aleatorias y pequeñas, este otro ya concuerda con el espacio pero por otra parte es demasiado grande, fluido y uniforme. Seguiré trabajando para conseguir espacios más cerrados y acogedores de los que dispongo ahora.














domingo, 19 de mayo de 2013

2 de MAYO

Tras el viaje y la visita al Guggenheim, tenemos que representar los recuerdos.
los dibujos deben tener parte empírica y parte sentimental; este es el puente que conecta las dos partes.
Yo en el Guggenheim me sentí acogida pero sobretodo perdida, encerrada en una masa ondulante y aparentemente caótica que te mece y te lleva, para mí fue una sensación agradable.

Por eso estos dibujos no tienen como fin representar el recorrido que hicimos ni tampoco la realidad exacta sino que intentan trasladarnos al interior que recuerdo o al que guardé en la mente que seguramente exageren justo los sentimientos que tuve en el interior.







lunes, 6 de mayo de 2013

VIAJE AL PAÍS VASCO




GUGGENHEIM

El Guggenheim aparece ante nosotros como una masa caótica de metales entrelazados que nada tiene que ver con la ciudad ni en tamaño ni en formas ni materiales. Predomina en cualquier ángulo en el que enfoques la ciudad, es muy llamativo. Al estar rodeado directamente por naturaleza (un parque, la ría...) no choca tanto con la antigua ciudad sino que embellece allá donde aparece ya que el hecho de que rompa la rutina visual alegra en gran medida.
Por otra parte, el carácter llamativo y chocante puede llegar a imponer, lo cual contradice la actitud exploradora que te hace pensar cómo se reflejarán esas curvas tan complejas en su interior. Podría invitar más a entrar si las entradas fueran en consonancia con el resto del edificio; al ser la unica parte recta, cuadriculada... Desanima un poco.

El interior desconcerta, no se asemeja al exterior de ningún modo, solo comparten formas curvas como tema principal pero no es el espacio cerrado aunque diáfano que me imajinaba, o en su defecto, túneles curvos y estrechos que recorren el espacio. Pero el espacio encontrado no deja nada que desear. Podemos llegar a sentirnos perdidos y envueltos, lo cual es la mejor sensación que he podido captar dentro (y que no había experimentado hasta el momento). Ir mirando las paredes, el techo alto, el suelo... Y sentirte completamente aislado, en una burbuja y llegarte a marear ligeramente con las luces azules y rojas parpadeantes. Cuando sientes todo esto deambulando por las pasarelas y pasillos te sentías acojido en algunas partes más estrechas y expuesto en las más grandes y abiertas. (Por supuesto todo esto excluye las salas de exposiciones que para mi gusto estan encajadas con alfileres dentro del modelo y del sentimiento del proyecto del Guggenheim). Me encantó darme cuenta de la complejidad del edificio cuando paseando entre salas y pasillos con unas compañeras, aparentemente en linea recta, aparecimos de repente otra vez en el punto de partida.
Lo que más favorece el planteamiento del edificio son las comunicaciones, la manera de moverse y perderse en su interior. Por esa razon los ascensores están a la vista y sin embargo no pasa igual con los baños, taquillas, salas, etc... Ni hay carteles que nos lo indiquen nada mas que lo justo y necesario para que casi no se vea.


Siendo un armazón por fuera casi hermético, como la coraza de un barco o un submarino; al entrar sorprende mucho la inmensa cantidad de luz que casi ni sabes por donde entra.
La escala va acorde con la sensación, o más bien al reves. Es una escala exagerada, monumental. Cuando te situas en la planta principal y te atreves a mirar hacia arriba te sientes mucho mas pequeño e insignificante aún.

En cuanto a los materiales, destacan cuatro: metal, piedra (marmol, creo), vidrio y yeso. Estos materiales bien podrían ser otros ya que mis conocimientos sobre el tema son escasos. Me llamó mucho la atención ese material blanco que recubría las formas más curvas. Un material que casi no parecía material, que me recordaba enteramente a un render de Kerkythea.

En conclusión, la función del edificio no es un museo en el que exponer sino un espacio en el que perderte ya que los añadidos de las salas de exposiciones casan más bien poco o menos con el resto del lugar. Esto tambien podemos entenderlo como reivindicación por parte del arquitecto, con palabras: esto no forma parte de mi proyecto, no está hecho para contemplar parado frente a una pared.


KURSAAL


El edificio contrasta con la parte antigua de la ciudad y con la zona de playa y paseo marítimo. Para míes un regalo, una grata sorpresa entre los edificios más antiguos (también bellos) de la ciudad.
Aunque como ya he dicho contrasta con la parte vieja, casa fácilmente gracias a estar rodeado de agua en su mayoría y también a que San Sebastián es una ciudad abierta a cambios de este tipo.
Al verlo sientes tranquilidad, la transparencia y frialdad del vidrio que lo recubre conjuga con el río y el mar; es apetecible contemplarlo el tiempo necesario.
Por otra parte, tanto rechaza como invita a entrar. El tratamiento de la luz se intuye y es eso lo que incita a la curiosidad pero, en contraposición al Guggenheim, las formas claras y sencillas te hacen observarlo cual escultura desde fuera, no entrar a explorarlo.

Como era de esperar, en el interior las formas sencillas se corresponden. La luz entra por todas partes e inunda el interior de forma discreta porque aun habiendo esa comunicación interior exterior, no se ve a traves de las paredes. Esta sensación desconcierta un poco.
Esto ocurre en las zonas de paso (los espacios justo detrás de esas paredes gigantescas de vidrio). En el interior del edificio hay otras estructuras totalmente aisladas que no dejan pasar la luz en ningún momento y que podrían hacerte sentir rechazado de no ser por que son espacios convencionales con los que estamos familiarizados (salas de actos, auditorios, salas de reuniones...).
Aunque no te orientas tanto como para no tener carteles, por supuesto, más que en el Guggenheim, donde la orientación era casi nula. Esta información puede estar distorsionada ya que en todo momento fuimos guiados por el personal del establecimiento que amablemente nos facilitaban toda la informacion necesaria sobre el edificio.
La iluminación, como ya he dicho, es excelente en las zonas que rodean los auditorios pero en la planta baja, donde se encuentran las salas de reunión,los espacios comunes se iluminan con una luz que aunque lo intentara (en mi opinión) no parecía natural (no lo era).
La escala, al igual que la luz, impresiona en los espacios de paso y comunicación, donde todo se desmaterializa y te haces pequeño. Sin embargo cuando entras en los espacios aislados pensados a escala totalmente humana esto no pasa.
En cuanto a los materiales, a parte del vidrio, que es el causante de todas las buenas sensaciones que he captado, solo puedo decir: suelo de roble, paredes de cedro canadiense y solo y exclusivamente en la sala de cámara, paredes de pino de Oregón.

En mi opinión, el espacio más apetecible y que más te acoje es el deambulatorio de cara al mar, donde la luz y la penumbra luchan gracias a un espacio más recojido, con alturas más bajas y unas vistas impresionantes por unas grandes aberturas en esas paredes de vidrio. Para mí es el único espacio en e Kursaal que consigue la evocación.

Quizás fue causa de la visita guiada de la cual no soy partidaria (y pienso que no fue util) pero mi experiencia en el Kursaal no fue del todo agradable e inspiradora. Como ya he dicho, aprovecharía solo un espacio para perderse mientras que el resto del establecimiento es bastante convencional quizás tambien por la necesidad. Supongo que en salas de reuniones, auditorios y demás, no se puede variar mucho lo que ya está escrito y por supuesto, la luz es necesariamente artificial. 



ZUZA
JORGE OTEIZA


Sobre el museo de Oteiza hay poco que escribir. Para empezar, el edificio simplemente no aparece ante nosotros sino que somos nosotros los que aparecemos ante él subiendo una larga escalinata que repentinamente acaba casi en la misma puerta y por tanto sobre el exterior del edificio no puedo decir más.
Una vez en el interior los espacios son muy abiertos y luminosos, con distintos recorridos que facilitan la deambulación que como se puede apreciar, es lo que más me gusta valorar de un edificio. Dentro nos sentimos resguardados de cualquier calamidad que pueda darse fuera, nos sentimos como en casa, percibí un aire a fortaleza.
En el interior, la orientación es fácil ya que hay numerosas aberturas en las paredes y a través de ellas puedes saber continuamente dónde estás además de favorecer al tránsito. Esto sumado a las grandes escaleras y a la larguísima rampa crea un espacio muy abierto a cualquier tipo de recorrido.
La iluminación es uniforme y ténue, lograda en su punto justo para la observación y examen de las esculturas de Oteiza. Se consigue con grandes lucernarios y ventanas más grandes aún.
La escala y los materiales son totalmente normales. No crean un símbolo distintivo en el edificio salvo quizás el color de las paredes, salmón, poco común.
En mi opinión el edificio está claramente enfocado a la exposición de las obras de Oteiza ya que no encuentro una finalidad más allá. Simplemente lo consigue de una mejor manera que los museos convencionales y más dinámicamente. Lo que me ha llamado más la atención de este lugar sin duda son los huecos en las paredes a diferentes alturas y de diferentes tamaños , para asomarte, para apoyarte, para pasar de una sala a otra...
Un grato viaje del que destacan los paseos por la playa que dificilmente son superados por ambientes cerrados. LA NATURALEZA SIEMPRE GANA

miércoles, 1 de mayo de 2013

18 y 19 de ABRIL


Entre las clases de la semana pasada y esta trabajamos en otro dibujo cubista para afianzar un poco más los conocimientos y las técnicas que las usaremos más adelante.





Usamos el mismo procedimiento, dibujo de apunte, jerarquización de zonas con papeles de croquis y con eso, remate con el photoshop.


Ese trabajo final sobre el cubismo es realizado en casa porque esta semana retomamos el dibujo de apuntes en un cuadernillo para calentar motores de cara al viaje al País Vasco. Utilizamos material nuevo como acuarelas, pinceles, pentels, o realmente cualquier cosa que encuentres apetecible para dibujar, experimentar y conseguir nuevas texturas (hojas de árboles, piedras, clínex…)

lunes, 22 de abril de 2013

11 y 12 de ABRIL

Con un poco de retraso ya, estos días seguimos con el cubismo y la imagen del otro.
el primer día no dio tiempo a acabar ya que añadimos la técnica del collage con papeles de croquis, semitransparentes.



Para llevar un trabajo mas completo de cara al día siguiente, trabajamos con photoshop estas imagenes.


Y tras esto, el dia siguiente realizamos lo que seria el dibujo final de este pequeño trabajo, con acrílico, técnica que llevábamos tiempo sin usar pero se ve un cierto avance (en el grupo en general de la clase) con respecto a aquellos lejanos trabajos sobre matisse.


martes, 9 de abril de 2013

6 de ABRIL

El jueves 5 de esta semana dedicamos la clase a ver algunos de los trabajos ya colgados y a hacer una pequeña evaluación tanto de esos trabajos como cada uno en su interior del suyo ya que los comentarios podían aplicarse a muchos casos más.
A partir de ahora el curso se va a plantear de una manera un poco más relajada ya que alternaremos diferentes técnicas y estilos; sobretodo hasta la visita del Guggenheim el fin de semana del 26, 27 y 28. Así que este día viernes 6, empezamos con una pequeña charla de introducción al cubismo en la que se nos explica su origen como contraposición al realismo del renacimiento en el que destacaba la visión natural de la figura, se enmarcaba y recuadraba sin dejar ver el proceso ni aceptar ningún fallo ni alteración del orden. Antes del cubismo pasamos por supuesto por el impresionismo, las primeras pinturas realizadas al aire libre, puente entre las dos disciplinas tan dispares.  Representa la realidad sin distinción entre figura y fondo, tratando a todas las figuras por igual y con una pincelada que no admite el detalle de épocas pasadas, todo lo contrario, se empieza a sintetizar dichas figuras y los detalles son ignorados. 


Al llegar por fin al cubismo y nombrar por encima a Picasso y Braque hacemos una breve pausa en Mondrian, más conocido por cuadros como el de arriba, pero esta vez nos fijamos en la serie de árboles: numerosos cuadros del desarrollo de la síntesis de un árbol con los que entendemos el cambio de mentalidad que se estaba sufriendo mucho mejor. Partimos de un árbol más impresionista y poco a poco, ya que lo importante es el proceso, llegamos a varias matrices que no tendrían precisamente ningún sentido sin entender el proceso.



Tras esta introducción, procedemos a pintarnos entre los compañeros unos a otros gracias a unas fotos tamaño A4 de nosotros mismos que vamos intercambiando. Este es el resultado de varios procesos en los que se sintetiza, se diferencian figuras, se clasifican y se les da importancia y poco a poco tras ir transformando, girando, borrando, jerarquizando, el fondo se introduce en la figura y conseguimos mantener ambos al mismo nivel de manera que la figura se intuye pero no se ve. Es como aquel que rompe un plato y recopila todos los pequeños trozos sobre la encimera; al final lo que tienes son los trocitos del plato que te hacen intuir lo que hubo ahí, sin embargo el plato ya no tiene la forma con la que lo recuerdas o te lo imaginas.
Sin duda un proceso divertido, relajado y refrescante tras el duro trabajo realizado hasta ahora.